Aiub. Ioug. Ayub. Ainou. Aiou. Tuve la misma dificultad para pronunciar su nombre árabe, que para entender que nuestro amor no era posible en un mundo imposible.
Este nombre vino a destruir, de algún modo, mi occidente. Inicialmente, este proyecto tenía el propósito de salvar a un hombre que se encontrara en una situación vulnerable, y que ese hombre me salvara a mí de la soledad. Hice un viaje a Tánger (Marruecos) para buscarlo, casarme con él, darle mis papeles de sudaca europeizada y hacer una nueva obra a partir de eso.
Pero apareció Ayoub y el proyecto se desplomó. Su nombre (“el retornado” o “el arrepentido”) es muy popular en los países islámicos: 615 niños así llamados fueron asesinados por el estado sionista de Israel en la franja de Gaza.
Por esos muertos le pongo tu nombre a esta obra que habla de ti, de colonialismo, de Palestina.
Y de todo lo que quiero matar dentro de mí.
Marina Otero
Marina Otero regresa Quito con su obra «AYOUB», una historia personal con colonialismo entre sus ingredientes.
9 de noviembre 18 horas
*Algunas localidades del Teatro Nacional Sucre requieren el uso de gradas para su acceso.
Por favor, considere lo siguiente para su movilización:
PLATEA: 12 gradas
2DA DE PALCOS: 15 gradas
LUNETA: 27 gradas
TERRAZA TNS: 24 gradas
