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Graznatúa y Pantacruel / Isidro Luna Quito – 2020

Isidro Luna. Foto Archivo Apuntador

Graznatúa y Pantacruel / Isidro Luna Quito – 2020

Escena 1

Graznatúa. Si yo subo, tú bajas.

Pantacruel. Si yo avanzo, tú retrocedes. 

Graznatúa. Si me quedo, te vas. 

Pantacruel. Te mantienes despierto, mientras yo duermo. 

Graznatúa. No esperes nada de mí. 

Pantacruel. No espero nada de mí. 

Graznatúa. Digo, de mí.

Pantacruel. Por eso, de mí. 

Graznatúa. No entiendes. 

Pantacruel. No entiendo. 

Graznatúa. Empecemos. 

Pantacruel. Ya terminé. 

Graznatúa. ¿Cómo puede ser? 

Pantacruel. ¿Te gustan los patos salvajes congelados? 

Graznatúa. En hielo del Ártico. 

Pantacruel. ¿Y los venados ardientes? 

Graznatúa. Que vienen de Australia. 

Pantacruel. Me sumerjo.

Graznatúa. Yo floto a la deriva. 

Pantacruel. La corriente te aleja de mí. 

Graznatúa. Me alejo de mí. 

Pantacruel. No, de mí. 

Graznatúa. Por eso, de mí mismo. 

Pantacruel. Ya empezamos.

Graznatúa. Ya concluimos. 

Pantacruel. ¿Tienes las llaves?

Graznatúa. Se quedaron adentro. 

Pantacruel. ¿Cómo entramos? 

Graznatúa. ¿Y para qué queremos entrar?

Pantacruel. Estamos mejor aquí afuera. 

Graznatúa. A la intemperie. 

Pantacruel. En medio de la calle. 

Graznatúa. Si yo fuera tú, cantaría una canción. 

Pantacruel. Si yo fuera yo, cantaría una canción. 

Graznatúa. ¿Te acuerdas de esa que tarareábamos cuando el motor del carro no podía subir la cuesta tan empinada? 

Pantacruel. ¿Cómo sonaba? 

Graznatúa. No logro acordarme.

Pantacruel. Mira, encontré las llaves. 

Graznatúa. ¿Entramos? 

Pantacruel. Tú primero, por favor.

Graznatúa. ¿Qué tramas? 

Pantacruel. Nada, solo decía. 

Graznatúa. Que pase yo primero. 

Pantacruel. Exactamente. 

Graznatúa. Yo siempre paso con algo de imprecisión. 

Pantacruel. De lado, como si te deslizaras por un agujero angosto. 

Graznatúa. No tengo ganas de entrar. 

Pantacruel. ¿A dónde vamos?

Graznatúa. Yo me voy a…

Pantacruel. ¡Ah! ¡Ah!

Graznatúa. Solo decía. 

Pantacruel. ¡Ah! ¡Ah!

Graznatúa. (Entrando) ¿Contento?

Pantacruel. ¿De qué?

Graznatúa. ¿De estar adentro? 

Pantacruel. Se escucha un graznido. ¿Eres tú Graznatúa? 

Graznatúa. ¿Quién más, Pantacruel? 

Pantacruel. Préstame tu nombre. 

Graznatúa. Tómalo por un instante.  

Pantacruel. Para siempre. 

Graznatúa. No puedo quedarme sin nombre. ¿Cómo me llamaría? 

Pantacruel. Jamás te llamaría.

Graznatúa. Al menos un mensaje. 

Pantacruel. Tampoco. 

Graznatúa. Una carita feliz. 

Pantacruel. Peor. 

Graznatúa. Una llamada perdida. 

Pantacruel. Te lo devuelvo, no me queda bien. Creo que engordé. 

Graznatúa. Se te ve fofo. 

Pantacruel. Fofofofofofo….

Graznatúa. Foforofo, foforofo.

Pantacruel. ¿Atravesamos el Bósforo? 

Graznatúa. Quiero fumar, ¿me prendes un fósforo? 

Pantacruel. Es una ignominia. 

Graznatúa. No menciones esa palabra. 

Pantacruel. Ignominia. 

Graznatúa. Yo tenía una gata negra que se llamaba Ignominia. 

Pantacruel. La condenada.

Graznatúa. Me la comí para curarme del asma. 

Escena 2 

Pantacruel. Acabo de llegar del centro.

Graznatúa. No sabía que existía un centro. Antes todo era periferia.

Pantacruel. Está un poco ladeado, pero igual le llamamos centro. 

Graznatúa. Habría que corregirlo. Vengo de estar al lado del centro

Pantacruel. Lo quitaron de los mapas. 

Graznatúa. ¿Cuándo?

Pantacruel. En este preciso instante, mientras hablabas. 

Graznatúa. ¡Qué eficiencia!

Pantacruel. ¡Qué deficiencia! Si así fuera en todo. 

Graznatúa. ¿Y qué hacías allá en ese falso lugar? 

Pantacruel. Falseando. 

Graznatúa. ¿Una cerradura?

Pantacruel. Una noticia.

Graznatúa. ¿Era falsa?

Pantacruel. Muy verdadera, pero quería que se viera como falsa y que empezaran a indagar hasta encontrarse que era realmente verdadera, aunque a continuación salieran a desmentirla y tuvieran que empezar a confirmarla otra vez. 

Graznatúa. No entiendo nada. 

Pantacruel. De eso se trata. 

Graznatúa. Se ha dado cuenta de que siempre estás desmintiéndose. 

Pantacruel. Como si la mentira pudiera volverse para atrás y convertirse en verídica. 

Graznatúa. Una vez dicha le queda el tufito a falso. 

Pantacruel. Falso. 

Graznatúa. Auténtico. 

Pantacruel. Recontra falso.

Graznatúa. Súper evidente. 

Pantacruel. Déjame ver qué tienes en la cabeza. Estás llenos de piojos, de esos que contagian la duda, el escepticismo, el nihilismo, el soroche, la trasnoche. 

Graznatúa. ¿Con qué me lavaré?

Pantacruel. Con una fuerte dosis de ácido ascórbico y doce cabezazos contra la pared. 

Graznatúa. Pantacruelo. 

Pantacruel. Graznacruelo. 

Graznatúa. Amorfo.

Pantacruel. Morfema. 

Graznatúa. Blasfema.  

Pantacruel. Como mi gata. Ella se llamaba Blasfemia. 

Graznatúa. ¡Ah! También tienes una gata. 

Pantacruel. Blasfemia, Blasfemia, Blasfemia. 

Graznatúa. ¿Y resultó que era cierto? 

Pantacruel. Ciertísimo, tanto que no cabía la menor duda. 

Pantacruel. Una evidencia apodíctica. 

Graznatúa. Querrá decir apodóctica. 

Pantacruel. ¿De apodo o de docto? 

Graznatúa. Si son lo mismo. 

Pantacruel. Míreme cómo me apoyo en ella y desde mi superioridad te miro.

Graznatúa. Estoy hundido. 

Pantacruel. Se te ve tan lejos. 

Graznatúa. ¿Puedes pasarme la lupa?

Pantacruel. Aquí tienes.  

Graznatúa. Así estamos más cerca. 

Pantacruel. Me das un abrazo. 

Graznatúa. No es para tanto. 

Pantacruel. Uno de mentira. 

Graznatúa. ¿Y cómo se da un abrazo de mentira? 

Pantacruel. Así, así. (Abrazándose a él mismo)

Graznatúa. ¡Qué bien te abrazas!

Pantacruel. Soy un experto. Todas las noches hago mi rueda de ejercicios abracísticos. 

Graznatúa. Abracadabra.

Pantacruel. ¿Le adivino el futuro?

Graznatúa. Imposible. 

Pantacruel. Soy un experto. 

Graznatúa. Inaceptable. 

Pantacruel. Lo hago todos los días. 

Graznatúa. ¿Y qué dice el futuro? 

Pantacruel. Nada porque no existe. 

Graznatúa. ¿Y cómo sabes si nunca has ido hasta allá? 

Pantacruel. Ayer no más estuve tan cerca, queda al lado del centro que ya no está en los mapas. 

Graznatúa. ¿Y todavía insistes en leerme el futuro? ¿Por qué no me lo canta? Por lo menos una recitación, un ruego, una imploración.

Pantacruel. Plegaria por el futuro. 

Graznatúa. Espere me acomodo la corbata. 

Pantacruel. Cantata por el futuro. 

Graznatúa. Me recuesto sobre el sofá. 

Pantacruel. Amor fino por el futuro. 

Graznatúa. Me pongo los audífonos. 

Pantacruel. ¿Se siente bien?

Graznatúa. Mañana estaré mejor. 

Pantacruel. ¿Está muy deprimido? 

Graznatúa. Se me ha hecho un agujero en el vientre. 

Pantacruel. ¿Otro?

Graznatúa. ¡Por favor! Más seriedad. 

Escena 3 

Graznatúa. ¿Vendrás mañana? 

Pantacruel. ¿Mañana? ¿Qué es eso?

Graznatúa. El día mañana, cuando se termine el de hoy y comience otro. 

Pantacruel. Cuando llegue también será ahora. Siempre es ahora. 

Graznatúa. Mañana será mañana.

Pantacruel. Nadie ha ido hasta allá y ha conseguido volver. 

Graznatúa. Déjate de tonterías, ¿vendrás o no? 

Pantacruel. Depende.

Graznatúa. ¿De qué? 

Pantacruel. De si hay mañana. 

Graznatúa. Por supuesto, amanecerá como todos los días. 

Pantacruel. ¡Qué va! A lo mejor amanece lloviendo. 

Graznatúa. Lloverá, tiempo futuro. 

Pantacruel. Mera argucia de las palabras. Con ellas puedo decir lo que me plazca. Por ejemplo: tienes un cerebro de hormiga. 

Graznatúa. Protesto. 

Pantacruel. Es solo un ejemplo. 

Graznatúa. Nos vemos aquí a la hora de siempre. 

Pantacruel. La hora de siempre… ¡cómo me gusta esa frase! Tome en cuenta que acaba de unir dos cosas imposibles: hora y siempre. Si es una hora, ya no es eternamente. Y si es eternamente, ha dejado de ser una hora. 

Graznatúa. Siempre quiere decir de manera constante y repetitiva. 

Pantacruel. Entonces no sería siempre, que no admite excepciones. No puede decirme que llegue siempre a las doce, pero no los martes. 

Graznatúa. ¿Vendrás mañana?

Pantacruel. Seguro vengo, que sea mañana, no tengo la menor idea. 

Graznatúa. Que sea pasado mañana. 

Pantacruel. Está bien. Nos vemos traspasado mañana. 

Graznatúa. ¿Temprano? 

Pantacruel. Tempranillo porque el vino me gusta no tan madurado, lo prefiero con un sabor todavía a uva salvaje. 

Graznatúa. Yo prefiero los amargos. 

Pantacruel. ¿Por qué será? 

Graznatúa. ¿Qué insinúa?

Pantacruel. Sugiero, dejo entrever, atisbo, sospecho…

Graznatúa. Di de una vez. 

Pantacruel. Que le gustan los vinos bien añejados. 

Graznatúa. Quiero que me asegure que asistirá a la cita a la hora marcada. 

Pantacruel. Se ha enterado de que me compré un seguro que me permite atrasarme. 

Graznatúa. Tendrá que atenerse a las consecuencias. 

Pantacruel. Me duele el omóplato izquierdo. 

Graznatúa. Déjeme tocarle. Será una contractura de tantas preocupaciones. 

Pantacruel. Creo que es de tanto alzarme de hombros. 

Graznatúa. Un levantamiento político contra todo y contra todos. 

Pantacruel. Me paso todo el tiempo mirando hacia un lado y otro, nunca de frente. 

Graznatúa. Es un ejercicio doloroso. 

Pantacruel. Intento ver quién me persigue. 

Graznatúa. ¿Y el derecho? 

Pantacruel. Jodido. Como muy bien sabes hay una disyunción brutal que contrapone justicia y derecho. 

Graznatúa. Ya le decía que no hay derecho justo ni justicia que se transforme en derecho sin perder el alma. 

Pantacruel. Atropellas mis derechos.

Graznatúa. Apenas un pisotón. 

Pantacruel. Con este dolor y sin poder caminar no podré venir. 

Graznatúa. Me habías prometido. 

Pantacruel. Jamás. Además, las promesas se hicieron para no cumplirlas. 

Graznatúa. ¡Por favor!

Pantacruel. No.

Graznatúa. ¡Te lo ruego!

Pantacruel. No.

Graznatúa. ¡Te lo pido encarecidamente! 

Pantacruel. Entonces nos encontramos mañana a la misma hora en el mismo lugar con nuestros mismos rostros y nombres. 

Graznatúa. ¡Qué aburrido! Me cambiaré de cara y tendrás que adivinar quién soy, 

Pantacruel. Yo seré como siempre Pantacruel. 

Graznatúa. Y prefiero que cambiemos la hora. ¿Te parece a las cinco?  

Pantacruel. Dale con el tema de las cinco de la tarde. 

Graznatúa. Cuatro y treinta uno.  

Escena 4 

Pantacruel. ¡Cuac, cuac, cuac!

Graznatúa. (Ronroneando) Prrrrrrrrrrrrr

Pantacruel. ¡Cuac, cuac, cuac!

Graznatúa. Prrrrrrrrrrrrrrrr

Pantacruel. Graznapúa me pinchas.

Graznatúa. Prrrrrrrrrrrrrrrr

Pantacruel. Graznamuuuuuuuuu

Graznatúa. Muuuuuuuuuuuu Prrrrrrrrrrrr

Pantacruel. Permítame saludarle. 

Graznatúa. Siga, siga. 

Pantacruel. Buenos días. 

Graznatúa. Buenos días. ¿Qué le trae por aquí? 

Pantacruel. De paso. 

Graznatúa. Como un caballo. 

Pantacruel. Permítame sentarme a su lado. 

Graznatúa. Su rostro se está poniendo azulado. 

Pantacruel. Es que me encanta el mar. 

Graznatúa. Se le ve la facha de cangrejo. 

Pantacruel. Surfear en las grandes olas. 

Graznatúa. Con su cuerpo de tortuga. 

Pantacruel. Es usted un adefesio. 

Graznatúa. Habrá leído mi epístola a los Efesios. 

Pantacruel. Me pego un tiro. 

Graznatúa. En donde relato las peripecias que tuve que pasar para llegar hasta aquí. 

Pantacruel. Bienvenido, al fin podemos tenerle entre nosotros. 

Graznatúa. Me encanta el lugar. 

Pantacruel. Desde aquí se contempla a la gente que atraviesa por los almacenes en oferta. 

Graznatúa. Estoy aquí por las rebajas. 

Pantacruel. Tan bajo ha caído.

Graznatúa. Hasta el sótano. Allí está el outlet. 

Pantacruel. Me asombra viniendo de usted. 

Graznatúa. ¿Qué esperaba?

Pantacruel. Un poco más de decencia. 

Graznatúa. En esencia todos somos iguales. 

Pantacruel. Y distintos. 

Graznatúa. Distintamente iguales. 

Pantacruel. Unos con tinta negra y otros con blanca. 

Graznatúa. Quisiera un brownie. 

Pantacruel. No sabía que tenía esos gustos. 

Graznatúa. ¿Y tú qué haces aquí?

Pantacruel. Quedamos en encontrarnos. 

Graznatúa. ¿Yo? ¿Contigo? Imposible. 

Pantacruel. A las cuatro y treinta y uno. 

Graznatúa. Ya es la cuatro y treinta y dos. 

Pantacruel. Cuatro y treinta y tres. 

Graznatúa. Cuatro y treinta y cuatro. 

Pantacruel. ¿Cómo pasa el tiempo? 

Graznatúa. Tic, tac, tic, tac. 

Pantacruel. Tic, tac, toe. 

Graznatúa. Acepto que nos encontremos. 

Pantacruel. Buenas tardes. 

Graznatúa. Buenas tardes. 

Pantacruel. Gracias por la puntualidad. 

Graznatúa. He traído lo que le había prometido. 

Pantacruel. ¡Qué dulce!

Graznatúa. Está hecho con Stevia. 

Pantacruel. ¡Qué decepción! Siento tener que devolverle. 

Graznatúa. Ni siquiera le ha echado una ojeada. 

Pantacruel. Desde el primer párrafo me pareció soso. 

Graznatúa. So … so. 

Pantacruel. Aléjese un poco y vuelva a entrar. 

Graznatúa. (Volviendo a entrar) ¿Hay alguien aquí? 

Pantacruel. A sus órdenes. 

Graznatúa. Inclínese ante el maestro. 

Pantacruel. Tengo tortícolis. 

Graznatúa. Comience a adularme. 

Pantacruel. Tengo la lengua áspera. 

Graznatúa. Dígame lo que quiero oír. 

Pantacruel. ¡Cuac, cuac, cuac!

Graznatúa. ¡Qué soberbio discurso! No lo habrá escrito usted. 

Pantacruel. Es mi primera creación original. 

Graznatúa. Con lo que me encantan las copias. 

Pantacruel. Prefiere una copla flamenca. 

Graznatúa. Mejor una de cinzano. 

Pantacruel. Con unas gotitas de jugo de naranja. 

Graznatúa. (Inmóvil primero y luego brusco) Pantacruel, ¿en dónde estamos? 

Pantacruel. Creo que estamos perdidos, Graznatúa. 

Graznatúa. Es el mismo lugar al que venimos todas las tardes.

Pantacruel. Estamos perdidos en el lugar de siempre. 

Graznatúa. No reconozco nada. 

Pantacruel. Ni siquiera sé cómo hemos llegado hasta acá. 

Graznatúa. Esa señora nos está mirando. 

Pantacruel. Seguramente nos conoce. 

Graznatúa. No la recuerdo. 

Pantacruel. Y ese señor te está saludando. Respóndele. 

Graznatúa. No sé quién es. 

Pantacruel. No importa, no se vaya a enojar. 

Graznatúa. ¡Hola, hola! 

Pantacruel. (Haciendo la ola) Ola, ola, ola. 

Graznatúa. Quiero que vuelva a ser como antes. 

Pantacruel. Nunca más. 

Graznatúa. Extraño el lugar en donde pasamos tantas horas. 

Pantacruel. Es este en donde estamos. 

Graznatúa. Ya no es el mismo. 

Pantacruel. Las cosas han cambiado. 

Graznatúa. Y nosotros seguimos siendo los mismos. 

Escena 5 

Pantacruel. Has puesto una cara extraña. 

Graznatúa. Es tu imaginación. Yo me veo igual. 

Pantacruel. Se está frunciendo el ceño, ampliando la frente, ensanchando los pómulos. 

Graznatúa. Me recostaré en la tierra húmeda mientras miro pasar las nubes. 

Pantacruel. Tu pelo se ha puesto blanco. 

Graznatúa. Cerraré los ojos y me imaginaré que oigo la canción más maravillosa, tocada exclusivamente para mis oídos. 

Pantacruel. Se te alargan las piernas. No eras tan alto. Pareces un jugador de básquet. 

Graznatúa. El ruido de las olas rompiendo contra el farallón me arrullará. 

Pantacruel. Y esas orejas puntiagudas. 

Graznatúa. El viento me susurra poemas. 

Pantacruel. Y los labios tan gruesos. 

Graznatúa. ¿Ya pasó? 

Pantacruel. No todavía. Sigues irreconocible. 

Graznatúa. ¿Qué haré? Por lo menos tú sabes quién soy. 

Pantacruel. Ya no estoy tan seguro. Estás tan cambiado. 

Graznatúa. Reconoces mi voz, mis gestos. 

Pantacruel. No se te escuchaba tan ronco y ese movimiento tembloroso de las manos antes no lo tenías. 

Graznatúa. Apenas hace unos instantes estaba contigo y tú me conocías perfectamente. 

Pantacruel. Creo que ya no eres Graznatúa. 

Graznatúa. ¿Quién podría ser? 

Pantacruel. Un desconocido cualquiera. 

Graznatúa. ¿Qué estaría haciendo aquí? 

Pantacruel. Pasabas, nada más.

Graznatúa. Ahora que lo pienso, me dirigía a la plaza central. 

Pantacruel. Te detuviste para preguntarme cuál era el camino más corto. 

Graznatúa. ¿Y qué me respondiste? 

Pantacruel. Que ninguno. 

Graznatúa. ¿Cómo puede ser? 

Pantacruel. Porque no eras tú quién iba en la búsqueda del centro de la ciudad. 

Graznatúa. ¿Y qué hice yo?

Pantacruel. Te has quedado aquí, a pesar de mi insistencia para que te marcharas lo antes posible. 

Graznatúa. ¿Volvió mi rostro a la normalidad? 

Pantacruel. Como si alguna vez hubieras tenido algo que ver con la normalidad. 

Graznatúa. Digo mi cara de siempre. 

Pantacruel. Ese tipo de cara ha caído en desuso. Se te ve antiguo, pasado de moda, con un aspecto de abuelita. 

Graznatúa. Ahora que me miro me doy cuenta. 

Pantacruel. ¿También yo? 

Graznatúa. Sigue siendo el mismo, con ese rictus extraño de asco de todo. 

Pantacruel. Siempre me imaginé con otro rostro. Este no me queda bien. 

Graznatúa. Deberían operarle hasta que te quede perfecto. 

Pantacruel. Necesitaría demasiadas modificaciones. 

Graznatúa. Momificaciones. 

Pantacruel. Modelizaciones. 

Graznatúa. Yo le poblaría las cejas. 

Pantacruel. Me recortaría los párpados. 

Graznatúa. Le pondría un bigotito levantado. 

Pantacruel. Una mirada nostálgica. 

Graznatúa. De alguien acostumbrado a mirar desde lejos. 

Pantacruel. Como si espera que alguien asome. 

Graznatúa. Y aparezca entre los árboles. 

Pantacruel. Me colocaría en la cabeza unos pensamientos elevados. 

Graznatúa. Y se quedaría suspendido en el aire. 

Pantacruel. Como un globo lleno de nitrógeno. 

Graznatúa. Al que pincharíamos. ¡Qué lindo oír el estallido! ¡Pum! El señor Pantacruel se esfumó.

Pantacruel. Un acto de magia. Así vuelvo a asomar detrás de ti. Quisiera unos ojos vivos, saltones, negros, profundos, con unas pupilas dilatadas. 

Graznatúa. Con los que pudiera escudriñar los secretos más escondidos. 

Pantacruel. Descubrir lo que las personas tienen dentro, aquello que ocultan, lo que no le dicen a nadie. 

Graznatúa. ¡Oh decepción! 

Pantacruel. Cruda realidad. 

Graznatúa. Desnuda evidencia. 

Pantacruel. Estamos vacíos por dentro.  

Graznatúa. Recostado en el camastro, con el cráneo trepanado, el doctor me pregunta qué siento. 

Pantacruel. Nada. 

Graznatúa. Extrae otro pedazo con el sacabocado. 

Pantacruel. ¿Y ahora? 

Graznatúa. Nada. Ni siquiera un cosquilleo. 

Pantacruel. Llega hasta la hipófisis y la corta en dos. 

Graznatúa. Me provoca una risa nerviosa. 

Pantacruel. Claro, le están cortando los nervios. ¿Qué esperaba? 

Graznatúa. Que la persona que esperamos tan intensamente se apiade nuestros deseos y se presente. 

Pantacruel. ¿Esperamos a alguien?

Graznatúa. En realidad, no. 

Pantacruel. ¿Y por qué lo dices? 

Graznatúa. Porque es preferible pensar que esperamos a que no esperamos. 

Pantacruel. Pero es mentira. 

Graznatúa. Aun así, es mejor imaginarse que estamos sentados a la vera del camino con la mirada nostálgica ansiosos de que una figura se fuera delineando contra el horizonte. Saltaríamos de gusto. Nos tomaríamos de las manos y nos pondríamos a bailar. 

Pantacruel. Nunca sucederá. 

Graznatúa. ¡Qué lindo soñar en aquello que nunca sucederá!

Pantacruel. A mí me da igual. 

Graznatúa. ¿Y entonces para qué quiere una mirada nostálgica?

Pantacruel. Porque me vería más seductor. 

Graznatúa. ¿Más?

Pantacruel. Seductor. 

Graznatúa. ¿Seductor? 

Pantacruel. Atractivo. 

Graznatúa. ¿Atractivo?

Pantacruel. Interesante. 

Graznatúa. ¿Interesante? 

Pantacruel. Porque se me pega la gana de tener una mirada nostálgica. 

Graznatúa. Solo le falta que le chorree la baba. 

Pantacruel. Como un perro acezando luego de haber corrido detrás de un hueso de plástico. 

Graznatúa. Me presta su perro para sacarlo a pasear. 

Pantacruel. Tome usted. Sosténgalo con firmeza porque se lanza a correr apenas pisa la calle. 

Graznatúa. No está bien educado. 

Pantacruel. Es un perro con ínfulas de cazador. 

Graznatúa. Descuide, tengo experiencia. 

Pantacruel. ¿En pasear perros?

Graznatúa. En tratar con los que tienen ínfulas.  

Escena 6

Pantacruel. Ha llegado el día tan ansiado. 

Graznatúa. ¡Tan pronto! No estoy preparado. 

Pantacruel. Tampoco yo. Tenemos que atenernos a las consecuencias. 

Graznatúa. ¿Está seguro? Puede haberse equivocado de fecha. 

Pantacruel. Lo tengo marcado en el calendario desde hace un año. 

Graznatúa. Dejémoslo para mañana. 

Pantacruel. Imposible. Es hoy.

Graznatúa. Mañana también será hoy. 

Pantacruel. Será otro hoy. Apresurémonos porque nos hemos comido tres horas. 

Graznatúa. Ahora mismo me rasuro. 

Pantacruel. Yo me pongo mi mejor corbata. 

Graznatúa. Si nunca la usa. 

Pantacruel. La estuve guardando para esta ocasión. 

Graznatúa. A mi da igual cómo se vista. ¿Se podrá hacer una excepción? 

Pantacruel. Está decidido, regulado, sentenciando, marcado, normado, calendarizado. 

Graznatúa. Me hubiera avisado ayer para prepararme. 

Pantacruel. Se trataba de tomarle de sorpresa. 

Graznatúa. No es justo. 

Pantacruel. ¿Y quién dijo que lo fuera? 

Graznatúa. ¿Está dispuesto a ser injusto conmigo? 

Pantacruel. Contigo y con cualquiera. 

Graznatúa. En cambio, tú llevas el año entero preparándote. 

Pantacruel. Suerte de algunos.

Graznatúa. ¿Qué debo hacer? 

Pantacruel. Sentarte tranquilamente y vivir el día que siempre quisimos que llegue. 

Graznatúa. Mientras tanto… 

Pantacruel. Nada, allí pacientemente dejando que transcurran las horas y sintiendo el deslizarse del tiempo entre los dedos. 

Graznatúa. ¡Qué aburrimiento! ¿Sucederá algo especial? 

Pantacruel. ¿Por qué?

Graznatúa. Porque es un día especial.

Pantacruel. No, totalmente normal. 

Graznatúa. ¿Por qué lo esperamos?

Pantacruel. Es nuestra ocasión de atrapar el tiempo entre las manos, de experimentar cómo nos atraviesa, de percibir cómo lame el cerebro y lo despoja de recuerdos. 

Graznatúa. ¡Ah! Un insecticida de la conciencia. 

Pantacruel. En tu caso, llena de ácaros. 

Graznatúa. Ahora entiendo por qué me pica tanto. Creía que era un sentimiento de culpa. 

Pantacruel. Tienes que fijar tu mirada en el reloj de la pared. Prohibido pestañar. 

Graznatúa. Se me secarán los ojos y no podré llorar. 

Pantacruel. Haremos una excepción. 

Graznatúa. ¿Comienzo?

Pantacruel. Cuando quieras. 

Graznatúa. (Llorando, gimoteando) ¡Ay, ay, ay! ¡Qué será de mí! 

Pantacruel. Con más convicción. 

Graznatúa. (Dando alaridos) ¡Ay, ay, ay! ¡Qué será de mí! ¿Así está bien? 

Pantacruel. Más o menos. 

Graznatúa. No puedo contenerme la risa. 

Pantacruel. Puedes reírte de ti mismo. 

Graznatúa. Tú eres más ridículo. ¿Me permites burlarme de ti? 

Pantacruel. Con toda confianza. 

Graznatúa. Ja, ja, ja… (Estallando en una carcajada

Pantacruel. Estamos cerca de que se termine el día tan ansiado. 

Graznatúa. Un poco banal. Invitemos a una banda de pueblo. 

Pantacruel. Hemos fracasado. 

Graznatúa. Ahora dirá que mañana tenemos que repetirlo. 

Pantacruel. Las oportunidades son calvas. 

Graznatúa. Desciende un águila sobre la cabeza desnuda y comienza a picotearla. 

Pantacruel. Creerá que dentro hay algo valioso. 

Graznatúa. Fragmentos de conversaciones que nunca concluyeron, de palabras cortadas, de discursos frustrados, de mensajes perdidos, de diálogos que en realidad eran monólogos. 

Escena 7 

Graznatúa. ¿Y esa cara de angustias?

Pantacruel. Tuve un contratiempo. 

Graznatúa. ¿Muy complicado?

Pantacruel. Como cualquier otro. 

Graznatúa. ¿Más o menos difícil? 

Pantacruel. No sé, es el primero que tengo. 

Graznatúa. Serán problemas económicos, familiares, emocionales, deportivos, inconscientes, colectivos, que vienen del pasado o que se proyectan al futuro, de esos que reptan por el piso y que en el momento menos esperado se lanzan encima nuestro. 

Pantacruel. No era de esos. 

Graznatúa. Fue a una cita de negocios y su socio no llegó. Le negaron un préstamo. Salió mal en los exámenes. Le aumentaron los impuestos. Le descubrieron el fraude. Le atraparon con las manos en la masa en un delito flagrante. 

Pantacruel. Ni tan fragante. 

Graznatúa. Apestaba a juicio, abogados, cortes, leyes, sentencias.  

Pantacruel. Efectivamente tiene que ver con los cortes. 

Graznatúa. Se cercenó una pierna de puro accidente, se cortó una oreja como torero, se dio la cabeza contra el vidrio, se dedicó a rasgarse la piel con una navaja afilada. 

Pantacruel. Como siempre, exagera.

Graznatúa. Le cortaron la luz por falta de pago o la palabra porque usted es tan insistente. 

Pantacruel. No me cortaron nada. 

Graznatúa. ¿Qué cortes, en dónde, cuándo? 

Pantacruel. Le acabo de decir: contratiempo. 

Graznatúa. Pasó una noche de perros, en sus pesadillas alguien le apretaba el pescuezo quitándole la respiración, nada de lo que se propuso hacer le salió bien. 

Pantacruel. Cortes en el tiempo. 

Graznatúa. Pisó sin querer su reloj y se hizo trizas, las horas salieron volando y los minutos se doblaron clavándose en ellos mismos. 

Pantacruel. Una tijera que cortaba el tiempo en pedazos minúsculos. 

Graznatúa. ¡Ah! Se dedicó a tijeretear el calendario. 

Pantacruel. ¿Cómo le digo? 

Graznatúa. Con mucho tino y sutilmente, que sea apenas una sugerencia y que el impacto no sea tan fuerte. 

Pantacruel. ¿Y esa cara de preocupación, ni que le hubiera sucedido a usted? 

Graznatúa. Desagradecido. 

Pantacruel. ¡Eso, le atinó! ¡Desaparecido! Segmentos enteros del tiempo habían desaparecido. 

Graznatúa. Estarán en uno de esos cajones en donde guarda todo. 

Pantacruel. El reloj se saltaba de las tres y media a la cuatro directamente. No tengo idea a dónde fue a parar esa media hora. 

Graznatúa. Allí mismo estará, por la edad ya se le olvidan las cosas. 

Pantacruel. Después de repitió. Entre las seis y seis y media había un vacío completo. Siento que el tiempo se está contrayendo. 

Graznatúa. El tiempo contra el tiempo. 

Pantacruel. Contratiempo. 

Graznatúa. Ahora hay una tienda virtual en donde usted puede comprar tiempo. Dos libras de minutos por favor, envueltas para regalo. 

Pantacruel. ¿Podría extenderme este día unos cuarenta minutos, porque tengo que enviar un informe? 

Graznatúa. Quiero hacer un préstamo: tres horas para el domingo. 

Pantacruel. Sandeces. El tiempo se perdió y punto. 

Graznatúa. Es irrecuperable. 

Pantacruel. Desgraciadamente la máquina que devora el tiempo se está comiendo el futuro. 

Graznatúa. ¿Futuro? No había escuchado ese término. 

Pantacruel. Lo que viene después del presente. 

Graznatúa. Lo que viene después del presente es otro presente. 

Pantacruel. El futuro en donde esperamos que sucedan cosas nuevas, que rompan la rutina, que escapen a esta miserable existencia. 

Graznatúa. Nunca lo he conocido. 

Pantacruel. Habrá aprendido que existe el tiempo futuro perfecto, pluscuamperfecto. 

Graznatúa. Retórica, palabras, voces sinsentido. 

Pantacruel. No puede negar que las palabras se refieren a algo que se encuentra afuera. 

Graznatúa. ¡Fuera, fuera!

Pantacruel. ¿Me está expulsando? ¿Quiere que me vaya?

Graznatúa. ¡Fuera, fuera!

Pantacruel. Me niego a marcharme. Este también es mi lugar. 

Graznatúa. ¿De qué habla? Estaba espantando una mosca. 

Pantacruel. Entonces, ¿no quiere que me retire? 

Graznatúa. ¿Por qué quiere irse? ¿Está cansado? 

Pantacruel. Estoy bien. Creí que se refería a mí. 

Graznatúa. Siempre se lo toma tan a pecho. 

Pantacruel. Me quedo. 

Graznatúa. ¿Para qué? 

Pantacruel. Por el gusto de quedarme. 

Graznatúa. Podría quedarse en otra parte. Aléjese, estos dos metros cuadrados son exclusivamente míos. 

Pantacruel. Y estos tres, me pertenecen. 

Graznatúa. ¿Cómo se siente allá?

Pantacruel. El clima no está tan bueno. Llovizna y hace frío. ¿Y en su lugar? 

Graznatúa. Hace un sol esplendoroso. 

Pantacruel. Aquí es invierno. 

Graznatúa. Acá siempre es primavera. 

Pantacruel. ¿Me presta su espacio? 

Graznatúa. Desde luego, venga. Yo tomaré el suyo. 

Pantacruel. ¿Por cuánto tiempo?

Graznatúa. Un par de horas. 

Pantacruel. Demasiado. 

Graznatúa. Una hora y cuarto. 

Pantacruel. Abríguese, se ve a lo lejos una tormenta. 

Graznatúa. ¡Qué contratiempo!

Escena 8

Pantacruel. Me he percatado de que tú no te das cuenta. 

Graznatúa. Soy una persona extremadamente perspicaz. 

Pantacruel. Cuestión que pongo en duda muy seriamente. 

Graznatúa. No hay hecho que me pase desapercibido. 

Pantacruel. Me he preguntado si no tiene problemas de visión. 

Graznatúa. Veo perfectamente y antes que lo diga, escucho hasta los susurros. 

Pantacruel. No sé qué le pasa, pero algo le pasa. 

Graznatúa. También yo me dado cuenta de que algo no anda bien. 

Pantacruel. Cojea del lado izquierdo. ¿Se le amortiguó la pierna?

Graznatúa. Tengo la sensación de que estoy funcionando a medias. 

Pantacruel. Una parte de su cuerpo está bien definida, pero la otra aparece borrosa. 

Graznatúa. Parezco una mezcla de dos pantallas, una de alta resolución y otra de baja. 

Pantacruel. Como si el renderizado se hubiera quedado a mitad del camino. 

Graznatúa. En este encierro, me doy cuenta de que hoy no es sábado. 

Pantacruel. Y no es capaz de saber que es lunes. 

Graznatúa. Percibo que no salí a comprar las cosas. 

Pantacruel. Ha olvidado lo que hizo y se ha quedado con lo que no hizo. 

Graznatúa. Ahora soy una conciencia del no. 

Pantacruel. Fue penetrado por el virus del sin.

Graznatúa. No conocía esa amenaza. 

Pantacruel. Ha infectado montones de programas y ha saltado a su cuerpo. 

Graznatúa. Sin lugar a duda. 

Pantacruel. Sin posibilidad de cura. 

Graznatúa. Sin vuelta atrás. 

Pantacruel. Sintético. 

Graznatúa. Concentrado. 

Pantacruel. Como un paquete de pulpa de fruta. 

Graznatúa. Una vida breve. 

Pantacruel. Que es la de todos. 

Graznatúa. ¿Sueña alguna vez conmigo? 

Pantacruel. Una pregunta impertinente. 

Graznatúa. Espero que no se niegue a responderla. 

Pantacruel. Podría tener consecuencias desastrosas. 

Graznatúa. Me haré cargo. ¿Sueña conmigo? 

Pantacruel. Me pregunta si cuando estoy recostado a su lado, tendido en la arena, escuchando el graznido de los pájaros, ¿sueño?

Graznatúa. Pregunto si sueña conmigo sin importar en donde esté acostado. 

Pantacruel. Depende mucho de dónde me haya agarrado el sueño. 

Graznatúa. Supongamos que en el tren de regreso. 

Pantacruel. En ese caso…

Graznatúa. No se detenga. 

Pantacruel. Es que el tren se ha parado. 

Graznatúa. Maldita máquina. Cuando se encuentra en su cama, bien acomodado.

Pantacruel. En esas ocasiones….

Graznatúa. Otra vez.

Pantacruel. … no sueño. 

Graznatúa. Roncando en el sofá. 

Pantacruel. Allí si sueño con usted. 

Graznatúa. Cuénteme. 

Pantacruel. No lo recuerdo del todo. 

Graznatúa. Los fragmentos. 

Pantacruel. Quedaron desperdigados de la fuerza del impacto. 

Graznatúa. ¿Y qué hizo? 

Pantacruel. Llamé a la policía para que se hiciera cargo. 

Graznatúa. Pero era un sueño. 

Pantacruel. ¿Quién dijo que lo fuera? Usted me preguntó por los fragmentos. 

Graznatúa. ¿Sueña conmigo? 

Pantacruel. Le ha picado la mosca de la curiosidad. 

Graznatúa. Quiero saberlo todo. 

Pantacruel. No quiero contarle nada. 

Graznatúa. Dígame de una vez. 

Pantacruel. Usted de acerca con un helado en la mano y me lo entrega. Le acepto y me pongo a lamerle sin quitarle los ojos de encima. 

Graznatúa. ¿A mí? 

Pantacruel. Al helado. No me interrumpa, que se me olvida. Entra una mujer entrada en años, me da la espalda y sale inmediatamente. Usted regresa con una bandeja, no alcanzó a ver que trae en ella. Muevo la cabeza y usted se pone triste. Unos pájaros alocados se estrellan contra los vidrios. Afuera es Singapur y adentro es México. 

Graznatúa. ¿Qué sentido puede tener? 

Pantacruel. Ninguno. 

Graznatúa. Me consuela saber que sueña conmigo. 

Pantacruel. ¿Y usted? 

Graznatúa. Yo también sueño conmigo. Me miro avanzar triunfante y dichoso, mientras el viento revoletea en mi pelo y se abre ante mí un mundo lleno de esperanzas, en donde suena mi música preferida y las risas de los niños inundan el parque. 

Pantacruel. ¿Y en qué momento aparezco? 

Graznatúa. No pretenda meterse en mi sueño. Lo echará a perder. 

Escena 9

Pantacruel. Me tienes harto. 

Graznatúa. Te alimento bien. 

Pantacruel. Hasta la coronilla. 

Graznatúa. Quiero que estés gordito. 

Pantacruel. Atragantado con un hueso atravesado en la garganta. 

Graznatúa. Cariño sincero. 

Pantacruel. Se corta la respiración. 

Graznatúa. No caeré en tus trampas. 

Pantacruel. Sinceramente, no puedo más. 

Graznatúa. Quítate el saco, siéntate, extiende las piernas, respira profundamente. 

Pantacruel. Tantos años de soportar lo mismo que ya no sé si está bien o mal. 

Graznatúa. Inhala, exhala, inhala, exhala. 

Pantacruel. He decidido que hasta aquí llego. 

Graznatúa. ¿Y qué harás? 

Pantacruel. Detenerme. 

Graznatúa. Si vives congelado en el tiempo. Pareces una estatua de parque infantil. 

Pantacruel. Por eso, necesito cambiar, moverme, transformarme. 

Graznatúa. Te vendría bien convertirse en un sapo lleno de colores, con un veneno mortal en tu piel.  

Pantacruel. Elevarme por encima de mí mismo, de esta vida que me tiene atrapado. 

Graznatúa. En una araña panzuda bamboleándose en su red. 

Pantacruel. Dejar todo atrás. 

Graznatúa. Tú espalda no resistiría.

Pantacruel. En el pasado. 

Graznatúa. Tal vez en un ave carroñera planeando en el aire cálido hasta encontrar una vaca que ha caído por el despeñadero. 

Pantacruel. Romper con todo, no volver a nadie, cambiarme de apellido, mudarme de casa, conseguir otro trabajo, rodearme de otra gente. 

Graznatúa. Sería magnífico. Me sentiría aliviado. Yo tampoco soporto tu presencia. 

Pantacruel. ¿Por qué no se ha marchado? 

Graznatúa. No puedo dejar que otro se apropie de mis dos metros cuadrados de territorio. Tanto esfuerzo que me ha costado ponerle límites, exigir pasaporte, controlar la migración, expulsar a los indocumentados. 

Pantacruel. Yo los cuido. 

Graznatúa. No confío, tú también después de unos días te sentirás dueño. 

Pantacruel. Firmemos un acta notariada, así cuando vuelva, se la devolveré. Desde luego, sería mejor que no regrese. 

Graznatúa. No tengo planificado ningún viaje. 

Pantacruel. Tome, aquí tiene propaganda turística. Puede escoger entre tantos destinos. 

Graznatúa. Y tuvo que tocarme este. 

Pantacruel. Si no ha ido todavía. 

Graznatúa. Este destino. 

Pantacruel. Me suena el intestino. 

Graznatúa. Será de hambre. 

Pantacruel. ¿Qué tenemos para hoy? 

Graznatúa. Revisaré el menú. Panza de res. 

Pantacruel. Otra cosa. 

Graznatúa. Lengua de vaca. 

Pantacruel. Otra cosa. 

Graznatúa. Ubre de cerdo. 

Pantacruel. Pasamos de los rumiantes. 

Graznatúa. ¿Te quedas a cenar?

Pantacruel. Si me invitas. 

Graznatúa. No lo necesitas, eres bienvenido. 

Pantacruel. Tendrás una copa de aguardiente. 

Graznatúa. Con agua caliente. 

Pantacruel. Sin nada. 

Graznatúa. Es muy fuerte. 

Pantacruel. Así me gusta, me desinfecta la barriga. ¿A qué hora se sirve la comida?

Graznatúa. Cuando esté. 

Pantacruel. ¿Cuándo estará? 

Graznatúa. Un par de horas. 

Pantacruel. Me muero de hambre. 

Graznatúa. Tenga un pedazo de pan, eso amortigua el hambre. 

Pantacruel. Esta tieso. 

Graznatúa. Mejor aún, haga algún sacrificio. 

Pantacruel. ¿Y qué hay para cenar? 

Graznatúa. No tengo idea, no he comenzado aún. 

Pantacruel. Le devuelvo su pan. 

Graznatúa. En este tiempo que le gente se queda con lo que caiga en sus manos, se le agradece. 

Pantacruel. De nada. 

Graznatúa. ¿Nada?

Pantacruel. Absolutamente. 

Graznatúa. Absolutamente nada.

Pantacruel. Sin el menor rastro. 

Graznatúa. Han desaparecido las huellas. Los pies que los dejaron se esfumaron. La gente que las miró ya no está aquí. 

Pantacruel. Nada. 

Graznatúa. Ni una pizca.

Pantacruel. Ni un señuelo. 

Graznatúa. Ni una brizna. 

Pantacruel. Ni siquiera un daño colateral. 

Graznatúa. ¿Se reportó la desaparición? 

Pantacruel. No había a quién. La comisaría estaba vacía. 

Graznatúa. ¿Se avisó a los parientes? 

Pantacruel. No quedaba ninguno. 

Graznatúa. ¿Pasaron por los noticieros? 

Pantacruel. Quedaban los equipos, pero los periodistas se habían marchado. 

Graznatúa. ¿Se preguntó a los testigos? 

Pantacruel. Habían escapado. 

Graznatúa. ¿A los transeúntes?

Pantacruel. Las calles estaban vacías. 

Graznatúa. Y los animales comenzaron a repoblar la tierra. 

Escena 10

Pantacruel. Me hubiera gustado llegar a la casa de campo, entrar por el camino flanqueado de eucaliptos, traspasar el jardín de olores mágicos, subir hasta lo más alto y mirar el valle verde extenderse ante mis ojos. 

Graznatúa. Todavía está a tiempo. 

Pantacruel. He perdido las ganas. Me detuve aquí a tomar aliento y nunca pude recuperar el deseo de seguir. Tampoco estoy a gusto en este lugar. 

Graznatúa. Debería hacer un esfuerzo. 

Pantacruel. Dé el ejemplo. 

Graznatúa. ¿Yo? Yo nací aquí, nunca pretendí irme ni buscar otras tierras. 

Pantacruel. Quizás en otro lugar encontraría lo que quiere. 

Graznatúa. No quiero nada y no quiero querer. 

Pantacruel. El viaje se ha truncado. Nada de lo que empiezo, alcanzo a terminar. 

Graznatúa. Sería bueno que vaya al psiquiatra. 

Pantacruel. Insinúa que estoy loco. 

Graznatúa. ¡Oh! No. El psiquiatra necesitaba hablar con alguien como usted, tan lúcido, tan brillante. Usted podría aclararle muchas cosas. 

Pantacruel. Nunca sabré con qué me hubiera encontrado al final del viaje. 

Graznatúa. Le pone demasiadas expectativas. He oído que derruyeron la casa y construyeron un edificio de apartamentos, a más de un par de canchas de cemento. 

Pantacruel. Me pasa el libro. 

Graznatúa. ¿Cuál?

Pantacruel. El que estaba leyendo. 

Graznatúa. Iba en la página 63.

Pantacruel. Todas llevan el mismo número.

Graznatúa. Un libro hecho solo con páginas 63. ¡Qué interesante! 

Pantacruel. Leo cada día la siguiente pagina 63, que dice exactamente lo mismo, pero yo la veo con otros ojos y descubro en ella secretos que se me habían escapado e imagino continuaciones inesperadas. 

Graznatúa. Tome este otro. 

Pantacruel. ¿De qué trata? 

Graznatúa. No sé, es un libro que estaba allí. 

Pantacruel. Sin hacer nada. 

Graznatúa. Ábralo en cualquier parte. 

Pantacruel. Empezaré por el principio. 

Graznatúa. Rompa la rutina, léale de atrás para adelante. 

Pantacruel. Perderé el argumento. 

Graznatúa. ¿Y para qué quiere un argumento? 

Pantacruel. Así tiene que ser.

Graznatúa. Tiene que ser como se nos pegue la gana. 

Pantacruel. Y yo quiero leerlo ordenadamente. 

Graznatúa. Tiene el libro al revés. 

Pantacruel. No puede ser. 

Graznatúa. Mírelo. 

Pantacruel. Está bien. 

Graznatúa. Las letras están cabeza abajo. 

Pantacruel. Se equivoca, yo soy el que está mal. Tendré que darme la vuelta. 

Graznatúa. Oí un ruido. 

Pantacruel. Algún vendedor trasnochado. 

Graznatúa. Parece que nos llaman. 

Pantacruel. Nadie sabe que estamos aquí. 

Graznatúa. Han puesto en toda la plaza cámaras de vigilancia. 

Pantacruel. No se preocupe. No aparecemos en ellas. Somos transparentes a sus miradas. 

Graznatúa. No existimos. 

Pantacruel. ¡Qué bien!

Graznatúa. ¡Qué dicha!

Pantacruel. ¡Soberbio!

Graznatúa. Haberlo dicho antes. 

Pantacruel. Nos habríamos ahorrado este largo trajín. 

Graznatúa. No existimos. 

Pantacruel. No somos.

Graznatúa. No estamos. 

Pantacruel. ¡Me siento feliz!

Graznatúa. ¡Dichoso!

Pantacruel. ¿Cómo no nos dimos cuenta?

Graznatúa. Alguien debió decirnos. 

Pantacruel. Y tú pretendiendo que estabas aquí conmigo. 

Graznatúa. Y tú llegando a la cita. 

Pantacruel. Hablando sin parar. 

Graznatúa. Con tus ojos nostálgicos, con tu mirada de catalejo. 

Pantacruel. Escudriñando el vacío.

Graznatúa. No existimos. 

Pantacruel. No somos. 

Graznatúa. ¿Y si nos equivocamos? 

Patricia Naranjo. La mama chiquita /Santiago Rivadeneira Aguirre

Patricia Naranjo. La mama chiquita /Santiago Rivadeneira Aguirre

Tzantza o el terror decapitado/ Juan Manuel Granja

Tzantza o el terror decapitado/ Juan Manuel Granja