IMPRENTEROS l Genoveva Mora
Lorena Vega llegó a la Fiesta Escénica 2025 del Teatro Sucre con dos obras de gran factura.
Ella, la directora y también personaje en Imprenteros, otorga a esta y a Testosterona toda la materia necesaria para construir Teatro Documental.
Imprenteros. Lorena Vega, Sergio Vega
Una de las preguntas que, en primera instancia me abordan frente a estos trabajos, ¿Cuál es la diferencia entre Teatro/Documento y Teatro Documental?, a saber, el primero usa documentos concretos y testimonios y los lleva a escena; el segundo recurre también a un archivo real; bueno, ambos son reales, y al final la diferencia creo que es mínima (formal), lo que importa y le otorga ‘cuerpo’ es que estas dos propuestas están atravesados por la memoria, ese grandioso mecanismo del cerebro que nos permite recordar el pasado, reconstruirlo, por tanto, alterarlo y re-crearlo; en este caso para transformarlo en un texto dramático, y más adelante en libro y en película, en el caso de Imprenteros.
Imprenteros
No importa el título que le demos a este trabajo, uno y otro al ser llevados al escenario se vuelven materia de ficción, o con más exactitud, de autoficción, su realidad propia es su inspiración y material para tejer la trama escénica, hecha, cómo no, de apariencias, metáforas, buscadas o imaginadas, que lo transforman en dramaturgia espectacular.
Imprenteros
El oficio del teatro ha tenido mil y una aristas, pero, definitivamente, ha sido un oficio altamente político, aunque a inicios del siglo pasado, dado el trabajo del gran Piscator, se lo haya nombrado, al Teatro Político, como género; creo que la decisión de posesionarse frente a un público es, en última instancia, política.
Después de la Primera y Segunda Guerra, por nombrar a tres grandes: Piscator, Weis y Brecht, hicieron, también, del teatro un documental, usando sus propias historias, como señalara Piscator en “Die Dramatisierung von Romanen” -1956-
Imprenteros. Lorena Vega, Sergio Vega, Federico Vega, Julieta Brito, María Inés Sancerni, Juan Pablo Garaventa, Christian García. Foto Ana Lucía Zapata FNTS
“El gran incendio de 1914 a 1918, los tiros en enero de 1919 en Berlín derrumbaron para siempre, en el sentido aristotélico, la cuarta pared del teatro y del drama.”
Como sabemos, todo está hecho, lo que propone Lorena Vega es una mirada fresca para este teatro, eso es el arte. Las historias en la humanidad se repiten; la clave está en encontrar el resquicio específico y en agenciarse esa mixtura entre realidad y ficción.
Imprenteros
Imprenteros es una historia particular, con nombres y apellidos -la familia Vega-, espacio y personajes concretos, que comparten en escena parte de su recuerdo familiar, y precisamente es ahí cuando sucede la magia del teatro, Lorena es la voz narradora, como lo es en Testosterona, Cristian Alarcón -dirigido por Vega- quienes estructuran sus construcciones escénica afianzados, sí en sus memorias, y dentro de ellas en momentos muy personales que adquieren y elevan el tono dramático; lo hacen sostenidos en el andamiaje visual, y un medido y preciso sentido del humor. Lorena es muy histriónica, sencilla y contundente, decir cosas como que toda una retahíla de garabatos dichos por su padre en la Imprenta “fueron la banda sonora de su infancia”, o, llegar al clímax de la historia con un video de su famosa fiesta de 15, donde su Madre, de quien seguramente sin saberlo aprendió el arte de dirigir y actuar, porque la doña hace las delicias del video, poniendo todo su empeño en que la ‘Nena’ baile con raimundo y todo el mundo; es simplemente genial, es reírse de sí misma.
Imprenteros. Lorena Vega, Sergio Vega, Federico Vega, Julieta Brito, María Inés Sancerni, Juan Pablo Garaventa, Christian García
Lo interesante de esta propuesta es que el testimonio de cada uno de los personajes es muy suigéneris, porque si pensamos en el hermano menor, es un actor innato, lleva en su ADN no solamente el proceso de la imprenta sino el sonido de cada máquina y tiene el tacto depurado para la calidad del papel, y su gesto, de no saberlo, lo pondríamos en el mismo andarivel de los actores y actrices que aportan con su experiencia a Lorena en esta obra. De modo que se evidencia y al tiempo se depura la dialéctica realidad/ficción. Porque la idea de volver teatro algunos sucesos claves de la vida, no es nada simple, requiere de muchísimo tacto, no solamente escénico sino textual, porque esas pequeñas o grandes tragedias familiares son capital popular, entonces lograr hablar de ellas y atrapar al espectador implica cálculo poético, equilibrio en el lenguaje, pulso para ‘soltar’ la información y no derivar en chisme divertido. Imprenteros lo consigue con creces, es una obra excepcional.
Testosterona. Cristian Alarcón
De otra parte, Cristian Alarcón, periodista que deviene actor, se estrena en estas lides con Testosterona, lo hace con mucha honestidad, tanto que en los primeros minutos de la obra cuando se presenta y cuenta, entre otras, que toma un medicamento para bajar de peso, que es un hablante rizomático y obsesionado en coleccionar sonidos, trastabilla un poco y corrige el texto, y lo sentimos ‘normal’, porque está compartiendo cosas de su vida a sus espectadores, como la anécdota de su Madre, para quien, cada suceso inesperado y adverso era “!el fin del mundo!”, que por supuesto tampoco llegó a su final cuando él “jugando a ser otro, a ser mi propia muñeca. Como dejando de ser el que hizo el único gol de la vida”, es sorprendido in fraganti por su madre.
Si en Imprenteros tenemos una voz narradora, en Testosterona la siento mucho más confesional, múltiple, cuando habla de lo suyo como cuando pasa al tema de las plantas y todo su relato lo va conectando de manera fluida con información y personajes de la ciencia y la literatura, y con su propio oficio de escritor; y es, justamente en esta instancia cuando entra en la poética teatral. Diría que aquí toma fuerza la autoficción, ya dejó de ser el periodista que contaba, para transformarse en personaje que ama las plantas, registra sonidos y los vuelve imágenes.
Testosterona. Tomás de Jesús y Cristian Alarcón
De manera que ‘vemos’ el sonido del Ford Falcon cuando su padre va llegando a casa, escuchamos los tacones de su madre y la cerradura de la puerta en esa inolvidable tarde de su vida en la que, el sonido más contundente fue el de su torrente sanguíneo y lo constatamos en la imagen de su cuerpo, que a modo mapping recibe toda una proyección de imágenes/sensaciones y colores.
Testosterona. Cristian Alarcón
Son varios los temas que aborda Alarcón, todos ligados a esta investigación histórica y en tránsito respecto al uso de la testosterona y prácticas para des-homosexualizar, así como a la porfía de pretender curarla. Y dentro de ese espectro, como ecuatorianos, quedamos atónitos ante la revelación de que nuestro país es number one en esta aberración, para prueba saber que cuenta con una cifra vergonzosa de ‘clínicas’ para remediar este ‘mal’, la mayoría regidas por instituciones pertenecientes a Iglesias Evangélica, cuyos métodos, por decirlo menos, son completamente violentos; dato reforzado por varios testimonios de víctimas de este reprochable manejo.
Lo cierto es que, entre esta suerte de conferencia, confesión y ficción, se consigue tejer una dramaturgia escénica muy consistente, a momentos desoladora pero también inteligentemente divertida, porque no tropieza con el chiste, es seriamente cómica.
Testosterona. Tomás de Jesús y Cristian Alarcón
Alarcón junto a Tomás de Jesús, el actor y bailarín que comparte escena y es a momentos su alterego, la voz relatora y, es personaje múltiple tambien; esta dupleta de lujo consigue un manejo y apropiación del tiempo, espacio, imagenes y voz.
Testosterona. Cristian Alarcón. Foto Ana Lucía Zapata FNTS
El protagonista termina preguntándose y exponiéndolo “¿Cómo negociar con una masculinidad impostada? me convertí en un ratón de biblioteca patagónica, tenía las novias más lindas del colegio, !en vano! Me construí, deconstruí y descubrí, la noche que conocí a un teatrero, una sola noche juntos, lo justo para comprender que nunca más estaría con una mujer”.
Cierra la escena con la frase “a los 15 años volví a sentir que tenía un cuerpo en este fin del mundo, esta es mi historia y este es mi cuerpo”. Al fondo del escenario aparecen ventanitas que se van iluminando y su cuerpo también, en ese geométrico paisaje danzan flores del jardín del mundo.
Imprenteros
Elenco: Lorena Vega, Sergio Vega, Federico Vega, Julieta Brito, María Inés Sancerni, Juan Pablo Garaventa, Christian García
Escenografía: M. Celeste Etcheverry
Asistencia de escenografía y logística: Martina de Giorgio
Vestuario: Julieta Harca
Iluminación: Ricardo Sica
Fotografía y diseño gráfico: César Capasso
Diseño de logo: Horacio Petre
Diseño web: Javier Jacob
Sonido y música original: Andrés Buchbinder
Audiovisual: Gonzalo Zapico, Agustín Di Grazia, Franco Marenco, Andrés Buchbinder.
Montaje en audiovisuales: Emi Castañeda
Colaboración en movimiento: Margarita Molfino
Asistencia y producción general: Fabiana Brandán y Santiago Kuster
Puesta en escena: Damiana Poggi y Lorena Vega.
Dramaturgia y dirección: Lorena Vega
Testosterona
Ficha artística
Performers: Cristian Alarcón y Tomás de Jesús.
Dirección de arte: Mariana Tirantte
Iluminación: Ricardo Sica, Diego Becker
Música original : Sebastián Schachtel
Fotografía: Nora Lezano
Investigación Periodística: Anahí Farji, Alejandra Torrijos, Amanda Marton
Asistente de dirección: Martina De Giorgio
Performer: Tomás de Jesús
Asistente de arte: Lara Stilstein
Diseño de movimiento y coreografía: Jazmín Titiunik
Diseño audiovisual: José Jiménez y Blas Lamagni
Diseño gráfico: Sebastián Angresano, Maria Elizagaray y Francesca Cantore
Producción General :Sol Dinerstein y Julieta Hantouch
Dramaturgia: Cristian Alarcón y Lorena Vega
Dirección: Lorena Vega
Lorena Vega
Lorena Vega, actriz dramaturga y directora de destacada trayectoria, es, sobre todo, un personaje muy especial, su simpatía y sencillez son cualidades poco vistas entre los ‘famosxs’, una mujer sin pose, amante y trabajadora del teatro, que lo entrega todo con gran generosidad.
Su paso por Ecuador dejó buen rastro, con sus talleres y su relación con la gente. De ella dice Sebastián Cattán, director y dramaturgo joven, asistente a sus talleres en Quito:
"Lore Vega tiene esa característica hermosa del teatro under que, en lugar de ubicarse como una famosa inalcanzable, elige ser una colega e invitarte a comer y conversar de teatro. Es el ejemplo de una persona que no deja de ser quien es por el hecho de que le esté yendo bien ".
Cristian Alarcón
Cristian Alarcón, periodista y escritor chileno, vive en Argentina. Fundador de la revista Anfibia y de Cosecha Roja, un espacio para ahondar en el oficio periodístico y la investigación. Con última novela El tercer paraíso, gana el Premio Alfaguara 2022. Debuta en escena con Testosterona, (estrenada en Argentina el 2024).
Genoveva Mora: crítica e investigadora de Artes escénicas, Directora de la Revista El Apuntador
Más en: https://www.elapuntador.net/portal-escenico/genoveva-mora-toral-1?rq=GENOVEVA