Diestras Acciones Zurdas: Una Obra Relevante | Gustavo Moya
Diestras Acciones Zurdas no es simplemente una performance: es una fisura en los modos establecidos de ver, moverse y obedecer. Concebida e interpretada por Blanca Rivadeneira, bailarina, coreógrafa, docente e investigadora, esta obra irrumpe en la escena local como un gesto urgente de crítica y lucidez corporal. Lejos de buscar el efectismo o la complacencia, Rivadeneira plantea un cuestionamiento frontal a las estructuras sociales que inscriben en los cuerpos las normas de lo que se considera funcional, legítimo o normal. Y lo hace desde el aula.
Todo partió de una observación aparentemente menor: en una escuela fiscal no había pupitres para personas zurdas. Desde ahí, la artista despliega una potente metáfora sobre los mecanismos de control que organizan el mundo de forma unidireccional y excluyente. El pupitre —símbolo del aula, del orden y del saber— se convierte en eje escénico y conceptual para hablar de cómo se moldean los cuerpos desde la infancia. El aula no es solo un espacio de aprendizaje, sino también de disciplina: una pequeña máquina foucaultiana donde se entrena el gesto, se reprimen las posturas y se castiga la diferencia.
Subvirtiendo el aula en UArtes. Foto Gustavo Moya
Desde su primera presentación en las Jornadas Feministas organizadas por FLACSO Quito, y sus funciones en Guayaquil —primero en el bar Kruger, como parte del proyecto Poéticas del Movimiento, y luego en el Encuentro de Investigación en Artes de la Universidad de las Artes—, la obra ha sostenido su capacidad de provocar. Su fuerza no está en el espectáculo, sino en la decisión ética y estética de convertir lo cotidiano en objeto de análisis, y la incomodidad en una vía para pensar. Diestras Acciones Zurdas es una danza del cuerpo condicionado, que se adapta a los dispositivos, pero también los subvierte, los parodia, los desarma.
En escena, Rivadeneira no está sola. La acompaña la actriz Pilar Aranda, quien lee un texto que corre en paralelo a la acción. Lejos de explicar lo que sucede, su voz suma otra capa al dispositivo: una palabra que interroga al cuerpo, que le pone palabras a los gestos, que descoloca. Esa voz —a veces irónica, a veces feroz— genera una tensión entre lo racional y lo físico, entre el saber y el movimiento. La obra no entrega respuestas: abre preguntas, roza incomodidades, interpela desde lo inesperado.
La solidez de esta propuesta se apoya también en la trayectoria rigurosa de su autora. Blanca Rivadeneira es licenciada en Ciencias de la Educación con mención en Música, Movimiento y Lenguaje (PUCE), y magíster en Investigación en Ciencias Sociales con mención en Género y Desarrollo (FLACSO Ecuador). Su trabajo cruza la práctica artística con la investigación académica, el pensamiento feminista y los lenguajes del cuerpo. Se formó en danza en la Casa de la Danza y en el Proyecto Futuro Sí del Frente de Danza Independiente, y ha ampliado su formación en Danza Butoh, Yoga, Osteodinámica (120 horas certificadas por el IESS), además de certificarse y ejercer como facilitadora de Biodanza por la International Biocentric Foundation.
Fue fundadora del colectivo alzalapata, con el que ganó fondos concursables del Ministerio de Cultura para su proyecto Movimiento en Colectivo, y actualmente impulsa Movimiento Vital, su proyecto más reciente, donde arte, pedagogía y pensamiento se encuentran.
Así como en el aula se espera orden y silencio, en el bar se espera diversión. Foto Gustavo Moya
Como señala la artista, esta performance no busca una reivindicación identitaria, sino una indagación crítica sobre los gestos que repetimos, sobre las coreografías invisibles que nos habitan. “¿Qué estamos significando cuando actuamos como actuamos?”, pregunta Rivadeneira. Y esa pregunta se vuelve cuerpo. En Diestras Acciones Zurdas, el gesto no es ornamento ni recurso escénico: es una práctica política, un acto de creación simbólica.
El humor, la ironía y lo lúdico también se hacen presentes. En la versión presentada en el bar Kruger —un espacio usualmente asociado a la distensión—, el público se encontró con una escena que desconcierta. Así como en el aula se espera orden y silencio, en el bar se espera diversión. La obra interrumpe ambas expectativas: revuelve el aula, pone las mesas patas arriba —literalmente— y cuestiona las formas establecidas de presencia y goce. En palabras del coreógrafo Fabián Barba: “al fin veo un aula [de posgrado] erotizada, donde hay cuerpo, no solamente discursos”.
La relevancia de esta obra está en su capacidad de cruzar fronteras —danza, pedagogía, performance, arte conceptual— sin perder fuerza ni coherencia. El trabajo de Blanca Rivadeneira destaca por su rigor, su mirada crítica y su disposición a habitar los bordes de lo escénico, allí donde el arte incomoda y revela. En tiempos donde lo espectacular domina, Diestras Acciones Zurdas ofrece una pausa reflexiva, un sacudón poético, una pregunta que se mueve. En el aula, en la escena, en el cuerpo.
Ficha técnica
Dirección, investigación, texto y performance: Blanca Rivadeneira
Voz: Pilar Aranda, Muégano Teatro
Fotos: Gustavo Moya
Lugar: Performance para aula académica. FLACSO Quito, Centro de Difusión e Investigación en Artes Manzana 14 de U Artes Guayaquil.
Gustavo Moya (Portoviejo, 1980) Periodista y fotógrafo.
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