Eco de Dos Orillas l Natasha Álvarez*
La potencia escénica condensa en sí misma la estética del grupo
Hay una potencia especial en ver una puesta en escena que condensa, en sí misma, la estética de un grupo.
Eco de Dos Orillas
En la segunda noche del FIARTES-G XXVIII Zona Escena nos sorprende con su obra, como cada vez que tenemos el placer de ver su trabajo, una labor que lleva más de 25 años, bajo la dirección artística de Jorge Parra. El grupo apuesta por montajes disruptivos, tanto en lo estético como en lo escénico. ¿Qué define su sello? Justamente, su capacidad de crear imágenes que se graban en la retina. Sus composiciones escénicas de una estética casi pictórica parecen surgir de una perfecta combinación de lenguajes artísticos, en ellas confluyen poesía, potencia y destreza corporal y una dramaturgia cargada de símbolos y sentido.
Eco de Dos Orillas
Eco de Dos Orillas trae consigo tensión entre la posibilidad-imposibilidad del encuentro, la poesía que emerge entre dos puertos que parecen imposibles de comunicar. Después de haber visto la textura del agua moviéndose en un video mapping, impecable, aparece la voz como elemento que rompe la quietud escénica “¿Estás listo?”, entonces el cuerpo empieza a narrar la historia de amor entre esos dos lugares divididos. Las luces del escenario y los videos de las ciudades traducen las tensiones de esa historia. Ante nuestros ojos emergen los monstruos que trenzan las imágenes del poeta, aquel que mira la vida a través del deseo del encuentro. Pero ese encuentro se interrumpe, o tal vez nunca llega a existir.
Eco de Dos Orillas
Transitar juntos cada cuadro escénico se vuelve una posibilidad de ahondar en nuestras propias necesidades y motores profundos, ¿el amor?, ¿el deseo?, ¿la imposibilidad?, ¿los fantasmas?, ¿la expectativa?...
Se agradece a Zona Escena esa posibilidad deliberada de invitarnos a participar de un acontecimiento teatral con un lenguaje tan propio, tan coherente con su historia y con su poética.
*Comunicación de Teatro Casa Zona Escena
