El viejo, el tiempo, el niño y el viento. Pequeño poema de Navidad l Genoveva Mora Toral
Este “pequeño poema de Navidad” de Alfredo Espinosa, junto a su hija María del Mar, trasciende, en primer lugar, el vínculo familiar, así como toda esta navidadcrasia instalada en el mundo nuestro, esta suerte de toma y daca entre la caridad y el negocio.
El autor-dramaturgo hace un retorno al origen, me refiero al principio, al amor, y lo consigue desde la palabra, con un lenguaje profundamente simple, y al tiempo, muy potente. En escena las palabras cobran vida, literalmente, se vuelven cuerpo; sabiendo que este debe ser uno de los propósitos del oficio, que, por supuesto, no siempre se consiguen, y es la razón por la que anoto esta presencia, completa, porque cuántos textos han recorrido la escena sin dejar rastro; creo que el logro de El viejo, el tiempo, el niño y el viento, va más allá de ese tiempo escénico; nos toca profundamente y sigue latiendo al dejar la sala.
El viejo, el tiempo, el niño y el viento. Alfredo Espinosa
El acontecimiento teatral es aquello que sucede en escena, y que mientras ocurre se da una transformación, no solo en los actores, sino en quienes lo espectamos. El acontecimiento plasma esa especie de magia particular del teatro, aquello que Dubatti señala como una “tríada concatenada de sub-acontecimientos: convivio, poíesis corporal y expectación”*.
El viejo, el tiempo, el niño y el viento. Alfredo Espinosa, María del Mar Espinosa
Cuestión que en el papel se asienta con seguridad, no así en el escenario, porque una de las aspiraciones es precisamente lograr esta tríada; repito, que en este trabajo es manifiesta. Insisto especialmente en la poíesis corporal que juega un papel singular porque suscita esta tensión tan importante que marca, además del tiempo de la vida en estos dos personajes extraños y distantes en edad y experiencia, esa amalgama que se denomina poema, lo hacen con sus cuerpos, el niño en su plenitud y el viejo en su decadencia, sin embargo, físicamente tejen sus lenguajes los estiran, los tensionan apasionadamente a la par que la palabra.
El viejo, el tiempo, el niño y el viento. María del Mar Espinosa
Nosotros, desde la butaca, desde el mismísimo comienzo, nos sentimos atrapados por los personajes y su verbo que reclaman una escucha atenta, viva; intentamos también el ejercicio de pasarla al cuerpo, tentativa vana porque no nos da ni el tiempo ni la pericia, pero sí la percibimos instalada en nuestros sentidos.
El viejo, el tiempo, el niño y el viento. Alfredo Espinosa, María del Mar Espinosa
Casi toda obra teatral trae en su composición un elemento que destaca, a veces es la iluminación, otras la música, la escenografía, etc.; en este trabajo todas están presentes, diría sin mayor alarde, cumpliendo su función; no obstante, son los personajes quienes se vuelven verdaderamente protagónicos, no precisamente porque nos ‘cuentan’ una tragedia, sino porque nos implican en ella a través de ‘ser’ en escena, sus diálogos nos involucran, su transparencia nos cobija y su discurso nos sobrecoge. Y debo decirlo, al salir de teatro me preguntaba ¿por qué tanta conmoción? sé que el texto juega un papel definitorio, y entiendo porqué, y es la poética del lenguaje la que nos retornó a esa pérdida, me refiero a la pobreza y liviandad de la comunicación actual (incluido mucho teatro), nos recordó y confirmó que el dolor también es poesía, pero especialmente, nos puso en presencia del olvido en que vivimos, nos regresó de la prisa con la transcurrimos en este tiempo sin tiempo que doblega y hace daño, porque, entre otras tantas, el tiempo del noticiero, de las redes, se ha tornado en titular morboso y, cómo no, deshumanizado.
El viejo, el tiempo, el niño y el viento. Alfredo Espinosa, María del Mar Espinosa
Este poema Navidad rompe con el cliché de la época, desecha el simulacro de un grinch adquirido, no da un ‘mensaje navideño’, porque como decía el gran Borges “la literatura, el arte no dan mensajes” (la cita no es textual), provoca una reflexión, penetra; en realidad el tema es tocado al cerrar la obra, sin ostentación, pero con una contundencia demoledora.
Ficha Técnica
Un pequeño poema de navidad (El viejo, el tiempo, el niño y el viento)
Una obra de Alfredo Espinosa
Codirección, actuación, diseño de iluminación: Alfredo y María del Mar Espinosa
Banda sonora: María del Mar Espinosa
Escenografía y vestuario: Sigrid Rodríguez, María del Mar y Alfredo Espinosa
Producción: Alfredo y María del Mar Espinosa
Maquillaje: María del Mar Espinosa
Estreno: Patio de Comedias, 4 de diciembre de 2025
*Integrando Saberes | Clase 1, en el Instituto Nacional de Teatro
Genoveva Mora Toral: Crítica e investigadora de Artes escénicas, Directora de la Revista El Apuntador
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