Última Edición

¡Bienvenidos a El Apuntador, la página de las artes escénicas!

Apuntador 71 Foto.jpg
Pedro Aznar: autor en retrospección l Juan Manuel Granja

Pedro Aznar. Concierto gira internacional 5.0 - 50 años de música. Foto Ana Lucía Zapata FTNS

Pedro Aznar: autor en retrospección l Juan Manuel Granja

Pues sí: Pedro Aznar 5.0 – 50 años de música fue un aniversario, una celebración.  Resulta interesante tomarlo, además, como un ejercicio de lectura retrospectiva. El formato del recital propuso un recorrido consciente por distintas etapas creativas, ordenadas no solo por cronología sino por sentido autoral. Aznar se interroga en su propia obra, la sitúa en contexto y la vuelve a poner en circulación como un cuerpo vivo, todavía activo. La celebración, en ese marco, funciona como una revisión del oficio de componer. Aparte del tan conocido y muy admirado virtuosismo en el bajo de quien fuera el integrante más joven de Serú Girán (el súper grupo iniciado a fines de los años 70 por Charly García), es curioso -por no decir sintomático- que en sus intervenciones entre una canción y otra no se haya referido nunca a su desarrollo o propuesta como instrumentista sino, más bien, a sus interrogantes y hallazgos en tanto como compositor de canciones, o como lo precisa con mayor claridad el inglés: songwriter.

Pedro Aznar. Concierto gira internacional 5.0 - 50 años de música. Foto Ana Lucía Zapata FTNS

Podríamos decir que en el rock argentino la figura del autor ha ocupado un lugar central desde sus orígenes. A diferencia de otras escenas donde la interpretación o la imagen llegan a dominar gran parte del relato, en dicha tradición la canción empezó a entenderse en algún momento como una unidad de pensamiento firmada. El nombre del compositor importa, se discute, se defiende. La obra se asocia a una voz reconocible. En ese linaje, Pedro Aznar se inscribe como un autor que construyó su identidad tanto en proyectos colectivos pero sobre todo en una trayectoria solista que arrancó en los años 90.

El concierto subrayó claramente la importancia dada a esa noción de autoría pues reunió canciones de períodos muy distintos, además de versiones de trabajos de reconocidos autores como Elton John, Spinetta y los Beatles (se llevó fuertes aplausos por lo conseguido en Because; Aznar armó por capas las armonías vocales del tema además del teclado, la guitarra eléctrica y el bajo). Obras de juventud convivieron con composiciones maduras, el paso del tiempo sirvió como elemento estructural del repertorio. Cada canción remitió a un momento estético y vital puntual. Esa decisión refuerza una idea clave: la obra no se corrige hacia atrás, se asume con sus marcas y se defiende como testimonio.

Pedro Aznar. Concierto gira internacional 5.0 - 50 años de música. Foto Ana Lucía Zapata FTNS

Tras la disolución de los llamados “Beatles argentinos”, Aznar se integró al reconocido Pat Metheny Group, con el que participó en grabaciones que más tarde recibirían el premio Grammy, como Letter from Home, The Road to You y Still Life (Talking). Con ese recorrido, podría suponerse que su trabajo solista se orienta hacia una complejidad distante del oído general. No obstante, sobre las tablas, Pedro Aznar se presenta en soledad y desarma esa idea. A lo largo del concierto alterna con naturalidad entre la guitarra acústica, la eléctrica, el bajo y el teclado, sosteniendo cada momento con solvencia y claridad expresiva. Esa dinámica revela no solo dominio técnico, sino también una versatilidad poco frecuente, un entusiasmo palpable y una voz propia capaz de imponerse sin necesidad de apoyos externos.

La etapa de Aznar en Serú Girán es hoy fundamental para entender esa concepción. Allí se consolidó un modelo de autoría compartida pero claramente identificable, donde cada integrante aportaba una voz reconocible dentro de un proyecto común. Pero la asociación con Charly García no diluyó la identidad de Aznar. Al contrario, lo obligó a definirla con mayor precisión. El concierto recupera ese período (Canción de Alicia en el país) no como un momento mitologizado sino quizá recordándolo como ese laboratorio donde se afinaron ciertos criterios compositivos que aún hoy sostienen su obra.

La amplitud de sus búsquedas musicales no se traduce en desorden. Por el contrario, existe una coherencia interna que revela un trabajo atento y sostenido sobre la forma canción. Pedro Aznar se mueve entre baladas de fuerte carga emotiva, a veces cercanas al sentimentalismo, y pasajes de rock directo y vital. En el centro de sus letras y de esa energía cambiante que atraviesa su música persiste, sin embargo, una confianza luminosa que nunca se apaga.

Pedro Aznar. Concierto gira internacional 5.0 - 50 años de música. Foto Ana Lucía Zapata FTNS

Los recitales de Aznar reúnen a un público que se caracteriza por una escucha concentrada, atento tanto a la instrumentación como a los comentarios y relatos que anteceden a cada canción, y al modo en que los temas se transforman en escena. Entre músicos, el consenso es claro en torno al respeto que despierta su figura, inicialmente asociado a su trayectoria junto a Serú Girán y Pat Metheny, pero ampliamente sostenido por su obra solista. Allí conviven estructuras elaboradas y registros exigentes, pasajes de rock con impronta setentera, momentos acústicos más contenidos y letras que formulan preguntas de alcance reflexivo sin abandonar la intención de acompañar y estimular al oyente.

Ahora bien, Aznar sin duda es un excelente y destacado autor. Sin embargo, nunca formó parte indiscutible de esa cúspide canónica del rock argentino conformado por su excompañero García (quizá también por estar muy asociado a Charly), así como por Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Andrés Calamaro, Gustavo Cerati, el Indio Solari o Luca Prodan, entre otros.  Su ambición, más allá del hecho de ser un gran instrumentista, se enfoca en la del compositor. Sin embargo, y el concierto mismo también lo dejó claro, el despunte que Aznar le ha permitido tener al bajo en el contexto latinoamericano es quizá más importante, o al menos más original, que su aporte cancionístico. Esto no desmerece sus composiciones, de hecho suma más ángulos a su apuesta artística.

En el rock, el bajo suele quedar relegado a una función de soporte rítmico. En el jazz, en cambio, muchas veces asume un rol más melódico y discursivo. El jazz-rock tensiona esas dos funciones. Aznar es uno de los músicos argentinos que más claramente trabajó esa frontera. Su forma de tocar el bajo no se limita a acompañar. Dialoga, comenta, propone. En sus líneas se perciben influencias del jazz moderno, del folklore y del rock progresivo. En escena, pudimos escuchar cómo su bajo aparece como una herramienta de composición y también como un instrumento capaz de lograr solos de una cualidad muy distinta a las que logra la guitarra y, por eso mismo, sumamente llamativa.

Pedro Aznar. Concierto gira internacional 5.0 - 50 años de música. Foto Ana Lucía Zapata FTNS

Esa concepción instrumental vive también a su escritura. Muchas canciones de Pedro Aznar están pensadas desde una lógica armónica compleja, pero comunicable. El concierto deja entrever cómo ciertas decisiones musicales nacen del instrumento y no solo de la letra o la melodía vocal. El bajo estructura el pulso interno de muchas canciones y define su carácter. En ese sentido, la autoría no se expresa únicamente en el texto o la firma, sino en la forma concreta en que la música se organiza.

Otro aspecto relevante es la relación de Aznar con la tradición. El concierto incluyó referencias explícitas a músicas previas, tanto argentinas como latinoamericanas y anglosajonas, sobre todo a cargo de su excelente ejecución de la guitarra acústica. Sin embargo, esas referencias no funcionan como citas decorativas. Se integran a una lógica de continuidad. Aznar dialoga con sus influencias sin ocultarlas, pero tampoco sin someterse a ellas. Reconoce una genealogía y, al mismo tiempo, insiste en sostener una voz propia.

El resultado es, dicho una vez más, una celebración que no deja de ser una relectura. Celebra una trayectoria extensa, media década, pero también reflexiona sobre qué significa sostener una obra en el tiempo. En un contexto donde la noción de autor tiende a fragmentarse, Pedro Aznar reafirma una idea clásica del rock argentino. La música como articulación de cierto pensamiento. La canción como acto firmado. El escenario como espacio donde esa firma se revisa, se expone y vuelve a ponerse en juego.

 Juan Manuel Granja: Ha publicado trabajos de ficción, crónica y ensayo. Su libro Babel en ascensor y otras crónicas fue publicado en México por la UNA, otros textos suyos forman parte de antologías en Colombia y Chile.

Más en https://www.elapuntador.net/portal-escenico 

El viejo, el tiempo, el niño y el viento. Pequeño poema de Navidad l Genoveva Mora Toral

El viejo, el tiempo, el niño y el viento. Pequeño poema de Navidad l Genoveva Mora Toral